El Biomagnetismo es una terapia con imanes descubierta a partir de 1988 por el Doctor Isaac Goiz Durán de México, que consigue eliminar microbios como virus, bacterias, hongos y parásitos. También en el ámbito físico el Biomagnetismo equilibra el funcionamiento de las glándulas endocrinas, mientras que en el área emocional imprime un cambio de ánimo más positivo en la mayoría de los pacientes, liberando estrés y procurando un mayor vigor energético.
En consecuencia el Biomagnetismo propicia diversos niveles de mejoría en una gran variedad de enfermedades, especialmente en aquellas crónicas, las de origen autoinmune y las de causas desconocidas.
El Biomagnetismo al corregir distorsiones del pH (medida de acidez o alcalinidad) contempla el área bioquímica de la salud, pero al mismo tiempo involucra un ámbito biofísico, energético, electromagnético de la vida humana, cuya importancia al momento de curar ha sido menospreciada por la investigación médica oficial, que busca mejorías a las enfermedades de preferencia en el área bioquímica, a través de remedios farmacéuticos.
Como estas posibilidades de curación desde el ámbito biofísico no son bien tratadas en la enseñanza media o superior, el nuevo paradigma que representa el Biomagnetismo es de difícil comprensión de parte de los profesionales académicos de la salud, y consecuentemente este desconocimiento se extiende también a la mayoría de las personas.
El científico Jan Baptiste Van Helmont (1579-1644), por algunos denominado el padre de la bioquímica, observador cuidadoso y experimentador exacto, incursionó entre muchos temas en terapias magnéticas. [1621. De magnetica vulnerum curatione]
Él sostenía que los campos magnéticos de los imanes potencian la intención adecuada del terapeuta para lograr la curación de los pacientes. Esto concuerda con lo planteado con algunos investigadores de avanzada, en el sentido de que el nivel supraconciente humano manifiesta capacidades autocurativas y psicokinéticas, cuyos flujos energéticos serían favorecidos e incrementados por la intención y voluntad terapéutica en presencia de campos magnéticos.
Por lo tanto con Biomagnetismo pueden tratarse una vasta gama de diferentes dolencias de orden físico y también emocional, consiguiéndose mayores porcentajes de mejoría comparado con otros métodos, especialmente en enfermedades complejas y crónicas, donde esta técnica logra desentrañar su origen misterioso.
En consecuencia, esta técnica es muy simple pero a la vez muy eficiente, poco invasiva y sin efectos secundarios. No requiere de electricidad ni que el paciente se desnude, pues los imanes se colocan sobre la ropa. Tampoco interfiere con los tratamientos convencionales de la medicina oficial, y por el contrario potencia sus efectos positivos en todos los casos excepto uno.
Compatibilidad del Biomagnetismo con otras Medicinas.
El Biomagnetismo es absolutamente complementario y compatible con la medicina oficial. El paciente puede conseguir lo mejor de ambas medicinas y ningún buen terapeuta de Biomagnetismo sugerirá suspender o alterar los medicamentos o tratamientos indicados por el médico. Los exámenes de laboratorio indicados por éste, servirán también para comprobar fehacientemente los buenos resultados de un tratamiento biomagnético. Además para obtener mejores resultados aún, el Biomagnetismo potencia sinergéticamente la efectividad de otras terapias energéticas, como las esencias florales, la osteopatía bioenergética celular, el Reiki, la hipnosis, la acupuntura, el naturismo, las hierbas medicinales, la quiropraxia, la hipertermia, la homeopatía, etc.
La eficiencia del Biomagnetismo se apoya en el descubrimiento del concepto del «Par Biomagnético», es decir conjunto de pares de puntos en el cuerpo que han acumulado excesos de cargas eléctricas, las cuales producen allí la formación de polos magnéticos positivos y negativos similares al del imán, los que a su vez determinan distorsiones del pH químico hacia la acidez o alcalinidad respectivamente en dichos polos.
A través de un completo rastreo bioenergético de todos los posibles pares biomagnéticos del paciente, el terapeuta descubre aquellos pares que están infectados o en disfunción, luego coloca imanes comunes de potencia superior a 1000 Gauss, con la adecuada polaridad sobre estos puntos, empujando el exceso de cargas positivas contra las negativas que acaban neutralizándose, con lo que el pH tiende al equilibrio de un organismo sano. Esto es lo que el Dr. Goiz ha denominado como Nivel de Equilibrio Normal (NEN).
En consecuencia, al impactarse aquellos pares que soportan microorganismos o están en disfunción, se lleva al organismo a un estado óptimo de equilibrio que produce un ambiente muy inhóspito para estos microbios patógenos, los cuales no logran continuar reproduciéndos y perecen en lapsos muy breves de tiempo.
El rastreo Bioenergético. En busca de la respuesta muscular inteligente. Desafiante fenómeno cuántico.
Para explicar el peculiar método que utilizan los terapeutas de Biomagnetismo para detectar los puntos de conflicto y sus respectivos pares biomagnéticos en el organismo de un paciente, debemos considerar primero otros descubrimientos científicos recientes.
Viene al caso comentar por ejemplo que los científicos especialistas en física cuántica están divididos en sus creencias respecto a si la realidad física del universo es externa e independiente de los observadores humanos, como cree la mayoría y como supone el método científico, o si por el contrario, como creen un grupo interesante de geniales científicos de avanzada, esta realidad depende de alguna forma de la conciencia e intención mental del observador, fenómeno que se ha constatado en la experimentación con partículas subatómicas.
Se ha verificado por ejemplo, que ciertos experimentos con partículas al ser medidos y observados de distintas formas pueden arrojar resultados distintos a los esperados por una lógica matemática. Ya ambos grupos de cientistas han comprobado entonces que, a ese nivel cuántico al menos, la mente humana, el observador, puede afectar a la materia y su realidad circundante.
El fenómeno de la respuesta muscular inteligente descubierto en los años sesenta por el Doctor en Kinesiología George Goodheart, viene a demostrar que la conciencia humana y especialmente su área transpersonal, un nivel superior energético-cuántico de gran sabiduría, con grandes capacidades autocurativas y poder psicokinético, correspondiente al ser humano multidimensional, puede afectar dramáticamente la materia a un nivel también macroscópico, proporcionando señales físicas en el organismo, junto con una información muy acertada respecto a situaciones dudosas o misteriosas de la salud del paciente.
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Es tan acertado el método de la kinesiología que al aplicarlo, muchas veces el profesional podrá descubrir enfermedades que no ha comentado su paciente. De esta forma entonces el terapeuta descubre de entre muchos pares posibles, la ubicación de aquellos específico pares en conflicto que cada paciente presenta en un momento dado, y al impactarlos con ambas polaridades del imán consigue entre otros efectos, eliminar sus microorganismos patógenos.
Pero además de esta capacidad antimicrobiana, que en el caso de los virus resulta decisiva por la dificultad de la medicina alopática de eliminarlos, el Biomagnetismo por otras razones energéticas, tiende a equilibrar glándulas endocrinas, desintoxicar el organismo y producir un notorio efecto positivo en el área anímica del paciente.
Contraindicaciones del Biomagnetismo.
Como única contraindicación el Biomagnetismo no es recomendable en lapsos de tiempo cercanos a un tratamientos de quimioterapia intravenosa. En realidad ni antes, ni durante, ni después. Sólo después de que el paciente termine con su última quimioterapia y se someta a un régimen intensivo de depuración de los restos tóxicos de la quimioterapia, su organismo estará en condiciones de aprovechar el Biomagnetismo sin riesgos. Según la calidad y eficiencia del tratamiento desintoxicante, para poder hacer el Biomagnetismo pueden necesitarse desde algunos meses hasta un año aproximadamente.
Limitaciones del Biomagnetismo.
El tratamiento con imanes, al ser un procedimiento externo, esencialmente no invasivo, no produce efectos colaterales o adversos, sin embargo sus limitaciones son aquellas enfermedades en que se haya producido un daño estructural irreversible, de huesos, órganos o tejidos, y en que las posibilidades de regeneración estén disminuidas por la edad, por cirugías o por acumulación de efectos secundarios de medicamentos durante un largo período de tiempo. En consecuencia la probabilidad de mejores resultados aplicando el Biomagnetismo, aumenta mientras menos tiempo haya pasado desde la aparición de la enfermedad.
En casos de accidentes cerebrovasculares, que frecuentemente son de larga recuperación, el Biomagnetismo ayudará a acortar ese período sin presentar la misma rapidez de mejoría que en otras enfermedades, pero ayudará en otras molestias concomitantes, mejorando la calidad de vida y contribuyendo además a prevenir futuros accidentes.
Una respuesta a «LOS IMANES Y SU USO TERAPÉUTICO»